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La rueda rueda rueda que rueda

Pedigüeño

Pedigüeño El otro día al pasar por el pueblo guipuzcoano de Lizartza encontré una escena que ya había olvidado. Un poco más adelante de la parada del autobús había un fraile franciscano llamando puerta por puerta ejerciendo su labor mendicante. Esta escena, habitual hace muchos años creía que había pasado a mejor vida y que estos religiosos ya no salían a recorrer los pueblos solicitando la ayuda de los vecinos. Recuerdo de crio, en el pueblo de mi madre, Lerín, en Navarra, en donde pasaba el verano en casa de mis abuelos, de vez en cuando aparecía un fraile de estos que iba recogiendo limosnas casa por casa. Otros, que en aquella época también lo hacían, eran los mendigoss a los que se les llamaba "pobres de solemnidad" y que también eran socorridos. Era frecuente estar en casa y oir unos golpes en el portón de ésta y tras ello una voz que decía: ¡Ave María Purísima! y mis abuelos ya sabían con eso que venían alguien a pedir limosna, sea un fraile o un medigo. Mi abuela me daba unas ochenas y a veces, tras comprobar por la ventana quien era el que llamaba, también me daba media hogaza de pan y alguna fruta y me hacía bajar a darselas. Para mí, hasta que no me acostumbré, fue como enfrentarme al hombre del saco o a ese "coco" de nuestros miedos infantiles. Si era la hora de comer, bajaba mi abuela y lo acomodaba en un cobertizo que había junto al pajar y dándole una ración de lo que había preparado ese día para comer la familia. Si era a última hora del día le daba de cenar y le dejaba dormir en el pajar, advirtiéndoles previamente que no tenían que fumar. Si era invierno les dejaba dormir en la cuadra, encima de unos montones de paja junto a las caballerias que mi abuelo y tios usaban para la labranza para recibir el calor de estos animales. Si no traían manta, había unas en la cuadra para dejarselas. Eran muy bastas pero abrigaban como demonios. Mi abuela decía que eran de Bejar, como diciendo que eran de una gran calidad.
En fin, la visión de este fraile ha hecho que volviesen a mi imágenes de la niñez ya olvidadas, de una época de penurias y escasez, pero no por ello menos entrañables ya que forman parte de lo que somos y ha hecho que por un rato me entregue al placer de la memoria.

3 comentarios

Grial -

Por problemas técnicos he tenido que cambiar mi dirección, ahora será la siguiente:
http://blogs.ya.com/elrincondegrial2/
Muchas gracias y disculpa por las molestias.
Un beso :)

Una mirada... -

Entrañables recuerdos... Casi puedo oler el pan cocido en horno de leña -"pan de moños", lo llamaba mi abuela-.
Un saludo.

Grial -

Hay ocasiones en los que una imagen nos transporta al pasado y merece la pena dejarse llevar..
Un beso :)