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La rueda rueda rueda que rueda

Mirándose

Mirándose

Esta tarde tras comer, se me ha ocurrido mirar por la ventana de la cocina, la que viene a dar a las huertas y, para mi sorpresa, encuentro sobre la tejavana del la Sociedad Gastronómica que hay en el bajo del edificio un pájaro de gran tamaño. Al principio no he reconocicido que especie era aquella que rondaba mi ventana. He ido a por la cámara para hacerle una fotografía. Al volver a asomarme veo que había otro visitante. Era el gato que cuida nuestro sótano colectivo y lo mantiene libre de ratones y otros bichos. Ambas visitas se estaban mirándose, observándose mutuamente. El gato no perdía detalle de cada movimiento del ave y ésta miraba de reojo al gato y luego a la ventana por la cual me asomaba. Durante un buen rato ha estado dando vueltas por el pequeño tejado e, incluso, ha comido algunos trozos de pan tostado que le he echado. Tras pasar un rato más ha levantado el vuelo para visitar las huertas. El gato, aburrido, y asumiendo que era imposible hacerse con pájaro tan grande se había marchado de nuevo a cumplir su misión al sótano. Al volar he visto que era una faisana. Esta especie es abundante por los montes de alrededor de casa pero no ha sido hasta hoy que había visto uno de ellos tan cerca de las viviendas. ¿Serán estos primeros fríos que le han traído hasta aquí? Véte tú a saber, el caso es que cada vez es más frecuente encontrar a animales silvestres más cerca de casa.

2 comentarios

Una mirada... -

A los animales cada vez se les reducen más sus propios espacios y terminan por acercarse al ser humano como mal menor -o eso parece dictarles su maltrecho instinto-.
Quizás -sólo quixás- la faisana procedía de alguna granja -que las hay, incluso sin distintivos- y estaba saboreando el reto de la libertad recobrada.
Saludos cordiales.

Grial -

Pues a mal sitio ha ido a caer como la vean los de la Sociedad Gastronómica, haran maravillas con ella ;)
Un beso :)