¡Vaya día!
Esta mañana al levantarme, encuentro que no caía del grifo poco más que un pequeño chorro de agua. ¡Otra vez se habían congelado las cañerías!. Hace unos años pasó igual. En la casa que habito las cañerías y contador están en el exterior ya que el edificio es antiguo, muy bonito sí, pero muy antiguo. Sin poderme duchar y aseándome como los gatos, con una botella de agua mineral, he ido a trabajar. La noche ha debido ser de aupa por el frío que ha hecho, pues numerosas fuentes, escorrentias y charcos han aparecidos helados, tal es el caso del surtidor que hay en la rotonda de entrada a Berriozar.
A media mañana, a mitad de viaje, he recibido una llamada de la oficina de San Sebastián para avisarme que mis vecinos habían llamado diciendo que las cañerías de mi casa habían reventado y estaba saliendo mucha agua, por lo que han tenido que cortar el agua al edificio. No sólo han sido las mías, que lo que se ha congelado ha sido el contador, sino también de varios vecinos más, y de las viviendas de los alrededores. En fín, todo el día sin agua, esperando al fontanero, que por suerte vive cerca y ha venido al final de la tarde, ya que además es socio de la Sociedad Gastronómica que hay en los bajos del edificio, y claro, dejar sin agua a los triperos y tripa-haundis durante todo el día sería imperdonable.
Qué añadir más. Estoy hasta las borlas del frío. Ya lo siento, pero lo tenía que decir.
A media mañana, a mitad de viaje, he recibido una llamada de la oficina de San Sebastián para avisarme que mis vecinos habían llamado diciendo que las cañerías de mi casa habían reventado y estaba saliendo mucha agua, por lo que han tenido que cortar el agua al edificio. No sólo han sido las mías, que lo que se ha congelado ha sido el contador, sino también de varios vecinos más, y de las viviendas de los alrededores. En fín, todo el día sin agua, esperando al fontanero, que por suerte vive cerca y ha venido al final de la tarde, ya que además es socio de la Sociedad Gastronómica que hay en los bajos del edificio, y claro, dejar sin agua a los triperos y tripa-haundis durante todo el día sería imperdonable.
Qué añadir más. Estoy hasta las borlas del frío. Ya lo siento, pero lo tenía que decir.
5 comentarios
bobby peru -
este es un invierno boomerang
va y viene, viene y va
cerise -
Javier -
Un abrazo,
Javier
un "bitacorero" -
No obstante, parece como si este invierno pretendiera dejar una huella imborrable en nuestros poros. Y, sí, como dice Leila, ya llegará la primavera. Y entonces, las pequeñas/grandes catástrofes cotidianas del invierno, no serán sino recuerdos del pasado.
Saludos.
leila -
MUACKSSSS