Día de reparto
Esta tarde he acabado de leer "Una excursión campestre" de Graham Greene, integrado en una selección de textos de diversos autores, editado por el Círculo de Lectores, bajo el título "Relatos de viaje". Me ha llegado a través de un bookring del movimiento Bookcrossing.
En este relato, una joven, hastiada de la monotonía y seguridad que le ofrece la casa paterna, escapa una noche con su irresponsable novio, en busca de una vida juntos, llena de amor y aventura. Al poco rato de hacerlo se da cuenta que lo hace con alguien a quien no conoce, que carece absolutamente de valores y que hay amores que pueden matar. Desengañada vuelve a casa aceptando todo aquello que poco antes odiaba: la paz, el orden, la seguridad. Un pasaje del relato, cuando la joven percibe la insensatez cometida, se lee: "Y de pronto, la joven comprendió que aquel amor no era sino una llamita semejante a la del gas, jugueteando en la sima de su irresponsabilidad".
Y hablando de gas, esta mañana, al llegar a Atallu, en muchas casas, ante la puerta, aparecía la bombona de butano, en espera de la llegada del repartidor que abastece a estos bonitos pueblos del valle de Arraitz. Estos fríos días, sin duda, han supuesto un considerable aumento del consumo de este combustible, así como de otras fuentes de calor y energía. En definitiva, más gastos.
En este relato, una joven, hastiada de la monotonía y seguridad que le ofrece la casa paterna, escapa una noche con su irresponsable novio, en busca de una vida juntos, llena de amor y aventura. Al poco rato de hacerlo se da cuenta que lo hace con alguien a quien no conoce, que carece absolutamente de valores y que hay amores que pueden matar. Desengañada vuelve a casa aceptando todo aquello que poco antes odiaba: la paz, el orden, la seguridad. Un pasaje del relato, cuando la joven percibe la insensatez cometida, se lee: "Y de pronto, la joven comprendió que aquel amor no era sino una llamita semejante a la del gas, jugueteando en la sima de su irresponsabilidad".
Y hablando de gas, esta mañana, al llegar a Atallu, en muchas casas, ante la puerta, aparecía la bombona de butano, en espera de la llegada del repartidor que abastece a estos bonitos pueblos del valle de Arraitz. Estos fríos días, sin duda, han supuesto un considerable aumento del consumo de este combustible, así como de otras fuentes de calor y energía. En definitiva, más gastos.
2 comentarios
Nuri -
Javier -
Un saludo