Blogia
La rueda rueda rueda que rueda

Festival

Festival A diferencia de otros años, éste apenas he podido asistir a ver alguna proyección de las cientos que se han programado estos días festivaleros. No había tenido tiempo de recoger un programa en el Centro de Información del Festival por lo que estaba bastante desorientado de las películas a ver. Trabajar todo el día y ver cine se compaginan mal. Por suerte el fin de semana de la Clausura he podido disfrutar de un par de películas que me han impactado sobremanera... y, cosas que pasan, fueron elegidas al azar, sin saber exactamente qué iba a ver cuando compré las entradas.
Me acerqué a los Cines Principe para ver que proyectaban el viernes y, pensando más en el horario de su programación, que en otra razón, compré entradas para dos películas. Una era para "Reinas" de Manuel Gómez Pereira, de la sección "Made in Spain", con un electo de atrices excelentes que bordan su papel. Es una comedia muy divertida, fácil de ver y con gran ojo clínico para "verlas venir". Su rodaje empezó antes que se diera el cambio político de marzo del 2004, al menos eso dijo Marisa Paredes en la presentación de la película, que junto con el director y varios actores más, aparecieron en la sala unos minutos antes de proyectarla, y en aquellos momentos no se pensaba, ni de lejos, que cuando se estrenase, su temática tuviese una gran actualidad. Cuando salí de la proyección y fuí a cenar algo al Bar Martínez, el de la calle 31 de agosto, pensé que GEHITU, la Asociación de Gays y Lesbianas del País Vasco, lo tendría fácil a la hora de conceder su "Premio Sebastián", pero no ha sido así, sino que se lo ha concedido a "Malas temporadas", con Javier Cámara. Tras cenar, volví a entrar al cine para ver la segunda película, de la cual sólo sabía el título: "Ni locas ni terroristas", de la sección "Rebeldes e insumisas", de Cecilia Barriga. Nada más empezar la proyección me percaté de que no iba ver ficción sino todo un documento filmado sobre una época, una problemática y un grupo de mujeres que han engrosado esa desgarradora lista de madres contra las injusticias. Fue empezar a escuchar los testomonios de aquellas mujeres para que, con el corazón en un puño y un nudo bajo la nuez hasta dolerme, empezar a llorar como hace mucho no lo había hecho. No sé si fue por mi condición de enfermo de sida, por revivir escenas y hechos ya pasados, por recordar testimonios semejantes, por no decir iguales, escuchados a mis compañeros de la asociación antisida, o por por lo qué, pero viví los 50 minutos que dura esta película-documento con gran dolor y rabia. No me veo capaz de poner por escrito lo que sentí y ví, pero me gustaría transcribir el texto que acompañaba a la ficha de la película como recordatorio de todo ello.
"NI LOCAS NI TERRORISTAS relata la odisea sufrida por un grupo de mujeres gallegas unidas por el doloroso drama de vivir con hijos enganchados a la droga o fallecidos por su consumo. Sin experiencias ni conocimientos previos en el trato con las autoridades políticas o judiciales fundaron, a mediados de los ochenta, la Asociación Erguete, para dar a conocer la magnitud de la inserción de la droga en Galicia, denunciar la dimensión del tráfico organizado por la mafia y financiar el tratamiento y la reinserción social de los jóvenes afectados. Carmen Avendaño lideró la Asociación.
Estas mujeres salieron de sus casas dispuestas a todo declarando una guerra sin cuartel contra la injusticia y la desidia de no pocos estamentos sociales".
La directora Cecilia Barriga dice: "Cuando iniciamos en Galicia el rodaje de este emotivo documental, no sabíamos del coraje de unas sencillas madres gallegas que en el umbral de su madurez sufrieron la destrucción o la pérdida de sus hijos y que en vez de apagarse eternamente en el dolor se transformaron en luchadoras eternas contra el narcotráfico. A través de entrevistas y testimonios, destapamos juntas las heridas de un pasado. Rebrotaron emociones dormidas. Volvimos a contar la historia de la vida de esos hijos adolescentes que se perdieron por la droga, mientras la sociedad daba la espalda a un problema que dejaría en Galicia, y en muchos otros lugares del mundo, miles de jóvenes muertos. El documental también refresca la conciencia de un problema que permanece, sólo que escondido bajo otra apariencia porque la droga sigue matando.
Pero ante todo este documental termina siendo un homenaje a estas madres a las que el destino inesperadamente les cambió la vida y pasaron a pertenecer a esa estirpe de mujeres que como las Mujeres de Negro que luchan en todo el mundo por la paz, o las Madres de la Plaza de Mayo, que han pasado generaciones buscando a sus seres desaparecidos, aprendieron a transformar el dolor en una fuerza que las hizo para siempre mujeres libres".
Salí del cine seco, con los sentidos abotargados por el dolor. Me acerqué al Kontra, pues sabría que encontraría allí a conocidos con los que compartir una cerveza y un rato de charla. Al poco de llegar apareció Mikel, que pese a estar devorado por la lipodistrofía causada por los antirretrovirales, sigue liderando EGHAM, el Movimiento de Liberación Gay de Euskadi. Estuvimos un rato de charla y poco a poco fui reconciliándome con el mundo y sus crueldades. Después de tantos años de sida, el poder seguir compartiendo con otros seropositivos buenos y malos ratos, como el pasado con Mikel, hacen sentirme privilegido, por estar aún aquí, por la lucha y crecimineto personal que conlleva, y por ver que poco a poco se va reconociendo la importante labor realizada contra la lucha antisida por colectivos de marginados como son los procedentes de la drogadicción y la homosexualidad.
Me levanté el sábado y el documental aún seguía rondando en mi cabeza, pero me sentía como nuevo. Esas cosas tiene el llorar. Te deja como nuevo. Cómo no lo tenía previsto de antemano no pude ir con Paco, ni con Lourdes a la Clausura del Festival en el velódromo de Anoeta, así que me acerqué otra vez a las taquillas de los cines Principe y compré un par de entradas para sendos pases. Apenas me fijé en los títulos, sino que compre para las salas que aún disponían de plazas libres (al ser sábado estaba casi todo lleno) y para las que tenían unos horarios que me permitiesen, entre una película y otra, cenar algo en la Parte Vieja. La primera película ví que se titulaba "Heroína" y era de Gerardo Herrero pero ya no sabía nada más de ella. Me vino otra vez a la cabeza el documental de Cecilia Barriga. Y resultó que la dicha "Heroina" era una dramatización de la lucha de estas mujeres gallegas de la Asociación Erguete. Película y documental se complementaban. Los dos films abordaban el mismo problema. Uno mostrando la cruda realidad, la otra nos mostraba que la palabra "heroína" tiene una doble acepción, la primera, droga que mata y la otra, mujer valiente que lucha por la vida. La película nos muestra el proceso personal y vital de una de esas valientes madres gallegas, que levantándose contra todo poder, sea legal o mafioso, contra toda incomprensión, denuncia y lucha contra el narcotráfico gallego. Su protagonista, Adriana Ozores, crea una madre coraje digna de pasar a los anales del cine español. Espero y deseo que los próximos Goyas hagan justicia con ella.
Tras cenar algo en el Martínez volví al cine a ver la segunda película. Se trata de "El penalty más largo del mundo", con un Fernando Tejero que repite el esquema del personaje que le ha hecho famoso, el portero de la serie "Aquí no hay quien viva". Cómo no cambie de registro corre el riesgo de encasillarse en este tipo de personajes, patéticos y entrañables a partes iguales.
Se acabó este Festival de Cine, que si bien en un principio pensé que me iba a pasar desarpecibido, ha resultado ser de los más emotivos que recuerde gracias a dos películas, sencillas y sin grandes pretensiones, que hacen justicia a esas madres corajes que se dejan la piel por amor a sus hijos, a la justicia y a la vida.

!Enhorabuena a los ganadores!

1 comentario

Una mirada... -

Seguiré la estela de los sentimientos que has transmitido en tu escrito y estaré al tanto de la proyección de ese documental al que aludes. El corazón no suele equivocarse, y el tuyo ya ha galardonado el coraje de quienes no se resisten, únicamente, a ser víctimas.
Un abrazo.